Entrevista Revista Osaka

Entrevista Revista Osaka

 

 

maría albilla

texto

 

EL COREÓGRAFO ELÍAS LAFUENTE CREÓ EN 2005 UN BALLET COMPUESTO POR JÓVENES CON SÍNDROME DE DOWN. DESDE QUE EMPEZÓ CON CUATRO CHAVALES, EL GRUPO NO HA DEJADO DE CRECER Y, TRAS MUCHAS SEMANAS DE ENSAYO, HAN SIDO CAPACES DE INTERPRETAR PIEZAS CLÁSICAS TAN IMPORTANTES COMO ‘LA BAYADERE’. LOS CHICOS HAN LOGRADO CON SU ESFUERZO CONVENCER A SU PÚBLICO DE QUE LA DANZA ES UN ARTE UNIVERSAL QUE NO SOLO RESPONDE A LA BELLEZA ESTÉTICA, SINO TAMBIÉN A LA SENSIBILIDAD DE LOS BAILARINES

 

 

El escritor británico Walter Pater defendió en el siglo XIX, siguiendo los postulados del esteticismo,

que el arte existe para beneficio de su exclusiva belleza.

 

Pocas cosas hay más bellas que la precisión y la fuerza de los movimientos de la danza clásica, por la estética que consigue, por la perfección que persigue, por la emoción que transmite y el estremecimiento

que causa cuando, tras duras horas de práctica y ensayo, pone el cierre a la función el caluroso

aplauso del exigente público.

 

Cuando, además, el ballet se convierte en sinónimo de superación y de integración, el arte; la belleza, se sublima.

 

Por eso conmueve tanto ver a la Compañía de baile de Elías Lafuente, un grupo formado por 20 jóvenes con Síndrome de Down que hacen de su pasión por la danza un modo de

vida a través del cual se desarrollan física y psíquicamente.

 

Bajo el lema A tu lado yo puedo bailar, el coreógrafo Elías Lafuente creó en el año 2005 una compañía profesional con estos jóvenes«con otras capacidades». «Se les llama discapacitados,  pero eso no es verdad. Ellos poseen cualidades muy especiales que no tenemos los demás. Son, por ejemplo, muy generosos entre ellos. Se apoyan mucho. Si uno se cae, los demás no se lo piensan y van a ayudarle, no tienen tanto sentido de la competitividad como nosotros», cuenta Elías. Además, lo dan todo, se entregan al 100 por 100 en cada ensayo, en cada actuación. «No hay que olvidar que estos chavales tienen problemas motores y que cada uno puede ejecutar las posiciones en la medida de sus posibilidades, pero puedes estar seguro de que lo intentarán al máximo», apostilla el

coreógrafo.

 

A la entrega de estos artistas se unen cualidades como la fidelidad, la lealtad, la disciplina, la obediencia y, ante todo, una gran vocación de artistas. «Es arte en estado puro», comenta emocionado Elías.

 

En este ballet no hay primeros bailarines, no hay distinciones, todos hacen el mismo papel. Inculcarles el valor de colectivo es una de las tareas de su profesor. «Para mí son todos igual de buenos, no necesito que destaque ninguno y la plantilla al completo domina todos los bailes. En la danza no hay que ganar medallas,

solo aplausos. Es lo maravilloso que tiene el arte», asevera.

Al curso 2008-2009 le puso la guinda un espectáculo en el que la compañía escenificó piezas de La Bayadere y El lago de los cisnes en el repertorio clásico, pero con lo que más disfrutaron los bailarines fue con una adaptación que Lafuente les preparó de La bella y la bestia. Con todas ellas consiguieron lo que muchas veces los profesionales no hacen por lo mecánico de sus movimientos: emocionaron a sus familias, a sus educadores, a los amigos de sus padres y, como se diría coloquialmente, ¡cautivaron hasta al apuntador!

 

Desde el punto de vista pedagógico, la interpretación de este tipo de piezas es estupenda para mejorar no solo su capacidad motora, sino también para que se esfuercen en el campo del lenguaje y la expresividad. «Tienen que poner gran ahínco para escuchar la música, hacer los gestos que la letra les sugiere y, a la vez, seguir el ritmo de la música. Es una actividad muy completa para su desarrollo», determina su admirado profesor.

 

El coreógrafo quiere que la compañía sea mucho más que un Ballet: pretende dar un trabajo real a los chicos por lo que plantea, en un futuro, poder crear  un taller de artes escénicas. «Me gustaría que todos ellos pudieran trabajar y que aquí tuviéramos un servicio completo que ofrecer con nuestro espectáculo. Así, además de bailar, nosotros podríamos fabricar los decorados necesarios a través de talleres de marquetería y carpintería, e incluso hacer los vestidos para las representaciones», cuenta.

 

Un proyecto ambiciosos que supondría una Base muy sólida para que cada chaval fuera

Uno más en la sociedad.

LADANZACLÁSICA

APORTA A ESTOS

CHICOS SENTIDODEL

RITMO Y LES AYUDA A

SER ELEGANTES EN

LOSMOVIMIENTOS

 

ACUDIR A LA ACADEMIA

ES UNA FORMA DE

SOCIALIZACIÓN, PUES NO

SOLO SON COMPAÑEROS,

SINO TAMBIÉN

 

GRANDES AMIGOS

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